miércoles, 6 de abril de 2016

Cuento de Armando y Nicolás



La historia de Héctor

 Había hace un tiempo un señor llamado Héctor que le encantaba cazar liebres  con su rifle calibre 22. Tenía un perro negro de pecho blanco llamado Toby que era bueno para la cacería. Un día de tardecita el señor Héctor salió al campo con su perro a cazar liebres y venados llevando su rifle. Encontró varios ciervos, como unos veinte, pero solo cazó uno con la ayuda de Toby. El perro olfateo de lejos a los venados, dentro de un chircal, y logró hacerlos salir a campo abierto, donde el hombre pudo tirar con su arma un balazo que dio justo detrás de las paletas. También cazó dos liebres, una con el rifle y otra la atrapó el perro.
Después de andar unas cuatro horas regresó a la estancia, pensando que cocinar con la carne conseguida.
Cuando llego a  su casa acomodó la carne en el freezer y la heladera, se preparó algo de comer mientras tomaba algunos mates. Mientras comía recibió una llamada urgente de su hermano que le avisaba que su madre estaba internada.
Héctor se traslada a la ciudad lo más pronto que puede, dejando su perro y su rifle en la estancia.
Encuentra a su madre muy mal, ahora ella necesita que la cuiden. Héctor debió buscar un trabajo en la ciudad y abandonar para siempre el campo. Extraña sus cacerías pero sabe que su madre lo necesita

martes, 5 de abril de 2016

Cuento de Melanie, Paula, Camila Y., Camila F.



          LA NOCHE  DE HALLOWEEN

Había una vez una familia muy unida que se había mudado un día antes  de Halloween a una casa. Ellos no sabían que la casa estaba embrujada desde la noche que su dueño Jack, el tacaño se había muerto. Esta historia se convirtió después en una famosa leyenda.
En la noche de Halloween, que llovía bastante, la familia, que ya estaba casi instalada, empezó  a escuchar cosas extrañas: pasos en la escalera, objetos que se caían, ruidos extraños, lamentos.
 La casa tenía un sótano viejo donde estaba la llave de la luz, que en determinado momento se cortó y las cosas  se caían al suelo sin una explicación. La familia se asustó demasiado frente a este hecho. El padre decidió  tomar una linterna y bajar al sótano a investigar que sucedía con la llave de la luz.
Pasó  media hora y el padre no volvía. Natalia, que era la más grande de los hijos, dijo muy asustada:
-¿Por qué papá no vuelve?
-No se preocupen, lo iremos a buscar- dijo la madre.
Los dos hermanos y su madre se tomaron de la mano, encendieron un farol a gas y bajaron muy despacio. Cuando llegaron al sótano subieron las llaves de la corriente pero el padre  no estaba. Natalia y su hermano pequeño se asustaron y preocuparon. La mamá les dijo:
-No se preocupen, llamaré a la policía- mientras les tocaba las cabezas a sus dos hijos. La madre llamo a la policía y llevó a dormir a sus hijos. Explicó luego a la policía la situación. El agente policial le dijo:
- Nadie se muda  a ese lugar, señora.
En ese instante  la niña Natalia gritó desde su cuarto:
-¡Mamá! ¡Mamáááááá! Cuando la madre y la policía entraron al cuarto el niño Santiago ya no estaba. La madre, muy nerviosa ya y preocupada, le  preguntó:
-Hija, ¿dónde está tu hermanito? La hija quedo paralizada y le respondió:
-Mamá, estaba intentando dormir y sentí que algo paso muy rápido a mi lado y cuando miré mi hermanito ya no estaba- dijo la niña con mucho miedo y entre lágrimas.
La policía revisó la cama donde estaba el niño y había una nota que decía  “¡SI QUIEREN AL PADRE Y AL NIÑO VIVOS HACEMOS TRUCO O TRATO!”
A la  madre  le caían las lágrimas, no podía creer tanta desgracia en un día.
Los policías bajaron al sótano para ver si había alguna otra pista, por ejemplo otra nota. Ya en el lugar pudieron encender la luz, ahí se dieron cuenta que había un charco de sangre pero cuando la madre y sus dos hijos habían bajado unas horas antes ese charco no estaba. Junto al mismo los agentes encontraron otro papel, algo sucio y con letra poco clara que decía
“Les llegara su hora”. Los hombres subieron muy rápido las escaleras, muy asustados con el corazón acelerado. Ya no encontraron tampoco a la mujer y su hija, por más que se investigó y buscó, las pistas no condujeron a nada. Desde aquel día no se volvió a saber de esa familia.     

Cuento de Alén, Thiago, Julio y Cristian



EL RATÓN Y EL LEÓN

Había una vez un ratón y un león que vivían en un zoológico, ellos eran enemigos. Día tras día ellos se peleaban porque el león estaba celoso por la cantidad de comida que le daban al ratón.
 Llegó un día  en que el león se enojó mucho con su enemigo del zoológico ,  fue al  agujero  del ratón   y le dijo: -“Sal pequeño ratón, sal de ese agujero”
-“¡No, león ¡ No saldré de mi casita”. El felino  se enojó mucho y le empezó   a  romper la cueva con sus garras.  El pequeño ratón salió  de su cueva  y corrió a un armario de disfraces y se escondió dentro. 
El   león  lo buscó  por todo  el zoológico durante un buen rato pero no halló en ningún rincón. después de  unos minutos  pensó:  “Debe estar adentro de unos de los armarios, ahí lo buscaré.
Buscó y buscó hasta que lo encontró en unos de los armarios más viejos   y livianos  de todo el zoológico. El ratón al ser encontrado salió muy asustado tirándole  el armario encima de su cabeza. Al verse apretado y con un gran peso encima, el león pidió ayuda a los gritos. El único que se acercó a ofrecer su ayuda fue el pequeño animalito quien le dijo: -“Yo te ayudare a salir, pero con una condición”.
- “¿Cual condición?”, pregunto afligido y cansado el felino.
-“Ríndete   ante mí y déjame vivir en paz en este lugar”.  El león estrechando    la mano  saco una bandera blanca y respondió: -  “Me rindo, pequeño, me rindo”. El roedor lo ayudó a salir valiéndose de su ingenio y vivieron felices para siempre.  
      FIN 

Cosas importantes que nos han pasado



El nacimiento de nuestra hermana

Cuando mamá nos dio la noticia de que estaba embarazada no le creímos. Al mes mamá se fue a hacer una ecografía y cuando nos dio la noticia que era nena quedamos muy orgullosos de tener una hermana. A los nueve meses nació nuestra hermana Catalina; Mateo estaba muy celoso y Augusto muy contento. Al llegar la noche Augusto le daba la bendición en la pansa y buenas noches para que duerma bien. ¡Es bueno tener una niña en casa!
Augusto Zabala Löwe

Cuento de Belén, Eliana y Miriam



LA CABAÑA DE LOS SUSTOS
Había una vez una familia de tres hermanas huérfanas que vivían en una cabaña cerca de un lago. La mayor, Roxi, tenía 15, ella fue la que crio a sus dos hermanas menores.
Un día las dos hermanas menores salieron con una amiga a recorrer el pueblo y cuando regresaron a su cabaña la amiga se acercó al lago mientras las dos hermanas ingresaron dentro.  Su amiga estaba fuera apreciando la belleza del paisaje cuando de pronto apareció un hombre más bien era un espíritu maligno. Ese hombre traía un hacha con la que asesinó a la joven, que ni siquiera pudo correr. Nunca se había visto jamás algo así en ese lugar, nadie sabía mucho de esa aparición. Pero lo que si se sabía era que  ese espíritu venía en busca de venganza.  Él había vivido en esa cabaña, hace mucho tiempo era el leñador de ese lugar y trabajó para unas personas poco agradecidas.  
Los dueños de la cabaña habían matado al leñador porque les descubrió un secreto muy importante y peligroso.
La amiga asesinada se convirtió en un espíritu bueno y alertó a las tres hermanas de lo que sucedía en esa cabaña: había un espíritu maligno en busca de venganza.
 Las tres hermanas se preguntaban quien había matado a ese hombre, no sabían nada de él, solo  que todas las noches ese espíritu rondaba por toda la cabaña.
Las hermanas con la ayuda de su amiga, convertida en un espíritu bueno, pudieron deshacerse del espíritu maligno.